La construcción de un monumento, en honor a George Washington, fue considerado por el Congreso en 1783. En el momento de la muerte de Washington, y durante las siguientes tres décadas, el Congreso omitió tomar medidas definitivas sobre muchas propuestas adicionales para la ejecución del mismo. Así, en 1833, la construcción del Monumento Washington fue organizada privadamente por una asociación de influyentes ciudadanos de la capital, que llevó a cabo la propuesta de levantar un gran monumento nacional a la memoria de Washington en la sede del Gobierno Federal.
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